Salud maltratada, personas mal sanadas
A nivel latinoamericano, Chile está en los primeros lugares de todos los ranking sobre excelencia en salud. Sin embargo, no existe un estudio para detectar cómo es la atención a los pacientes en el sistema público. Aunque no es la peor, es deficiente en muchos aspectos, entre ellos: el trato humano.
Fernando Olmos Galleguillos
Desde que el país retornó a la democracia en 1990, es mucho lo que se ha avanzado en salud. Sin embargo, resta mucho por hacer en el área del trato humano y el acceso a salud de calidad para todos. Cuando en Chile se habla de salud, el tema se relaciona a menudo con problemas, tiempo excesivo e infaltables dificultades entre los usuarios y los facultativos o personal administrativo de los consultorios.
Pero desde hace 15 años, cuando la democracia retornó al país, esta situación mejora día tras día gracias a las políticas sanitarias que promueven más fondos económicos para insumos y tecnología. Además de capacitación a los funcionarios para el trato digno, humano y eficiente a los solicitantes.
Este ensayo presenta algunos casos que corroboran la aún avismante -y por qué no decir también terrible- carencia en buen trato a los pacientes del sistema público de salud, a pesar de las sustantivas mejorías tecnológicas y de acceso que existen.
En un estudio del Colegio Médico (Salud para todos…con todos; Santiago, noviembre 2001), se acusa que el mal trato no siempre nace de la mala voluntad, sino que debido al alto estrés al que se ven sujetos los médicos y profesionales de la salud. El estudio hace énfasis en la difícil misión que debe cumplir un médico, ya que vidas humanas y familiares dependen de sus decisiones.
Sin embargo, lo que establece el Colegio Médico chileno es un tanto vago. Las personas pagan por la mayoría de los servicios y necesitan una atención oportuna y precisa. Por mucho que los índices chilenos de salud pública que se presentan para los estudios internacionales sean exitosos, se necesita mayor efectividad. Por más que el país cuente con la mejor salud de la región –junto con Cuba- no es adecuado que las personas reciban una atención deficiente sólo porque el médico tiene problemas.
“La Equidad en Salud, a la luz del pensamiento social de la Iglesia” es un estudio realizado por Verónica Anguita Mackay, experta en bioética y ética asistencial. En ese trabajo, se explicita cómo deben ser atendidos los usuarios, diciendo: “Cada usuario es un ser humano, y por eso merece atención de calidad para asegurar su vida. De no ser así, se violan sus derechos más primitivos”.
El atraso más grande
Para muchas personas, el asistir a los servicios de salud pública es un calvario. Reciben trato denigrante y muchas veces no tienen las herramientas para ejercer sus derechos. Tanto en Chile, como en el resto de Latinoamérica –y muchos otros lugares del mundo- no se cumple con la calidad básica de las prestaciones de salud. A pesar de eso, los índices de vulnerabilidad que presenta Chile son muy inferiores al resto de los países del vecindario y a otros del resto del globo. Todo gracias a la implementación tecnológica. Pero, si no existiera aquello… ¿Qué sería de la salud de todo un país? ¿Es menor la calidad en el trato humano mientras más exclusiva es la tecnología utilizada para sanar las enfermedades?
“Cada usuario es un ser humano, y por eso merece atención de calidad para asegurar su vida. De no ser así, se violan sus derechos más primitivos”. (Verónica Anguita Mackay)
“En Chile las personas con mayores ingresos tienen más posibilidades de sanarse, mientras que los pobres caen en un virtual olvido”; así queda plasmado en un estudio de la Universidad Alberto Hurtado (Informe Ethos n°11 de Servicios públicos: “¿Solidarios o solitarios?, Santiago – 2002).
La inequidad en la salud chilena se puede apreciar en la distribución desigual de la mortalidad infantil, de la esperanza de vida al nacer, el riesgo de muerte prematura, estatura media en escolares, bajo peso al nacer y prevalencia significativa de obesidad según el nivel socioeconómico. (Documento: Marco de acuerdo: Concertación de partidos por la democracia. Comisión de Salud, Santiago, 9 Octubre de 1998). Estos ejemplos son sólo una muestra de las deficiencias que tiene el sistema.
En este caso, queda de manifiesto que el atraso más grande que el próximo gobierno –ya sea de Sebastián Piñera o de la socialista Michelle Bachelet- deberá hacer frente, es la brecha entre ricos y pobres y el acceso que cada grupo tiene a salud de calidad, y más que eso, a salud efectiva y humana, en que se respeten los derechos y las características personales de los individuos.
Varios países de Latinoamérica tienen proyectos de cambio para sus sistemas de salud pública. Ilva Hoyos Castañeda, abogada bogotana experta en derechos humanos dice en un estudio, que realizó en conjunto con el gobierno colombiano, que “por ser patio trasero de Estados Unidos, Latinoamérica está condenada a tener de todo, a comprar la mejor tecnología, pero no a abastecerse de cultura y educación. Sin ella, es imposible enseñar a usar la modernidad, ni menos aún, lograr que esa modernidad llegue de la mejor forma a los necesitados”. (Hoyos Castañeda Ilva: "La salud como derecho fundamental asistencial." Seminario
internacional "Ética y reforma a la salud”. Colombia, 1998).
Sin embargo, todo no es tan malo. Los intentos por lograr mejorías en el trato humano y de llevar “la salud de la mejor forma posible a todos”, dan frutos poco a poco. El proyecto de cambios en el acceso a la salud chilena dice en sus postulados esenciales: “La Reforma del actual Sistema de Salud se inspira en un conjunto de valores de amplio consenso ciudadano: equidad en el acceso a la atención de salud, eficacia en las intervenciones destinadas a promover, preservar y recuperar la salud, y eficiencia en el uso de los recursos disponibles, sin olvidar el buen trato y la dignidad de las personas”. (Página Web: http://www.modernizacion.cl/13500/propertyvalue-23006.html).
Los tres gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia –Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos- han logrado poner a la salud chilena en el primer lugar a nivel latinoamericano. Mejorías significativas en infraestructura y mejor acceso para todos son los principales logros. Lo que queda por hacer es más complejo de analizar y cuantificar: las emociones, es decir cómo se sienten los usuarios, sus problemas con el servicio y el trato humano que reciben estando dentro del sistema público de salud. No vaya a ser que por buscar salud, salgan más enfermos.
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