La noche estaba oscura y quizás fría. No sé. Mi ventana permitía entrar la bruma y el ruido de los buses interprovinciales.
No sé cuánto tiempo miré hacia el infinito. Vi pasar una decena de aviones y unos ocho drogadictos. Poco.
Poco tiempo pasó. En el fondo, fue sólo niebla: sueños trásnsfugos y estúpidos de mis neuronas palpitantes y pro adicciones.
Wednesday, June 06, 2007
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1 comment:
A pesar de todo esos momentos de ebullición neuronal són impagables.
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