Qué tiempos aquellos en los que todo era tranquilidad.
Cuando me cuidaban en la casa de mi abuela e iba a San Antonio a arrendar el VHS de La Pantera Rosa y de Chatrán.
Cuando no tenía que dormirme a una hora y podía llorar durante la madrugada y mi madre me consolaba.
Cuando tomaba té frío en mi mamila y descansaba toda la tarde comiendo un bowl de tunas o una cajita de galletas Morocha.
Cuando no había que trabajar en una oficina repleta de individuos.
Cuando podía pensar mil carreras. Ser actor, médico, ingeniero, periodista, computín e incluso astronauta.
Cuando me conformaba con los chalecos tejidos por mi mamá, y pedía otros de color extraño a mi abuela.
Cuando el zapato Alejín me calzaba bien, y no quería aquellos de suela, negros y firmes talla cuarenta y tres.
Cuando me compraban todo y con suerte escogía el color. Lo ideal para cualquier mantenido.
Cuando me decían Nachito.
Cuando, por maña, tras ir al baño me lavaban y secaban el poto con secador. Qué tiempos ¿no?...
Cuando quería ir a Santiago sólo para andar en metro, ir al zoológico o mirar los nombres de las micros.
Cuando no tenía que andar en metro repleto.
En fin…
Cuando no tenía que pensar en los cuando…
Cuando me cuidaban en la casa de mi abuela e iba a San Antonio a arrendar el VHS de La Pantera Rosa y de Chatrán.
Cuando no tenía que dormirme a una hora y podía llorar durante la madrugada y mi madre me consolaba.
Cuando tomaba té frío en mi mamila y descansaba toda la tarde comiendo un bowl de tunas o una cajita de galletas Morocha.
Cuando no había que trabajar en una oficina repleta de individuos.
Cuando podía pensar mil carreras. Ser actor, médico, ingeniero, periodista, computín e incluso astronauta.
Cuando me conformaba con los chalecos tejidos por mi mamá, y pedía otros de color extraño a mi abuela.
Cuando el zapato Alejín me calzaba bien, y no quería aquellos de suela, negros y firmes talla cuarenta y tres.
Cuando me compraban todo y con suerte escogía el color. Lo ideal para cualquier mantenido.
Cuando me decían Nachito.
Cuando, por maña, tras ir al baño me lavaban y secaban el poto con secador. Qué tiempos ¿no?...
Cuando quería ir a Santiago sólo para andar en metro, ir al zoológico o mirar los nombres de las micros.
Cuando no tenía que andar en metro repleto.
En fin…
Cuando no tenía que pensar en los cuando…
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