Thursday, September 27, 2007

Confusión

Reconozco que en ocasiones me pongo excesivamente autoreferente, pero las circunstancias lo ameritan.
Llamadas telefónicas confusas, que no se por qué disqué, hacen que me cuestione lo que busco, proyecto y organizo para mis días. Por un lado, me gustaría actuar como si fuera un real Brian Kinney sudamericano, y por otro, un real esnob de decimocuarta categoría. No entiendo bien qué me pasa. Quizás es un tantito de bipolaridad mal entendida, o la hormona jamás rotulada del shampoo.
En resumen, a veces quiero desbandarme, pero no me resulta. Quisiera partir al fin del mundo, solo, como todo un hombre adulto; y en cosa de segundos empiezo a anhelar volver al útero de mi mamá. Entiéndame mi dios agnóstico. No sé en qué chucha-de-remoto-escondite perdí la brújula que algún día mis papás me dieron. Estoy divagando sin sentido. Lo quiero todo y al mismo tiempo tengo nada. Nada tengo. Todo tengo. A lo más tengo una nutrida cantidad de poleras y cachureos, pero no tengo tranquilidad. Me siento confundido, jodido, extenuado. Como dije en algunos posteos anteriores: I'm so fucked up. And now, I'm again fucked up. I used to know how to keep that feeling in me.
Gabriel Silva me diría que necesito sesiones de psicólogo. La Claudia me diría que me marche a bailar y a sandunguear, mientras que la María Paz me recomendaría ir de compras y sanar mi mal. No sé, las he hecho todas y sigo igual. Posiblemente es al estado al que me debo habituar como mi normalidad. ¿No es acaso también un estado el no tener uno? Sí, me estoy convenciendo de que sí.
Intuyo que nadie leerá esta perorata, pero vaya que rico es usar el blog como catarsis. Al menos, por ahora, no comento mis jornadas de vómito, de cortes en las muñecas con sacapuntas u gilletes, o el estupendo tonteo de pierce-yourself. Dije por ahora. Uno nunca sabe. Aunque lo dudo, porque le temo al dolor mas no a la curiosidad. Me gusta ser curioso. Mi alma periodística lo pide. Y aunque escribir esto me bloquea chances, da igual. Ya todo da igual.
Me puse short. Hace calor y lo necesitaba. Me sentía un poco aprisionado en la textura del jeans, así que para la tarde opté por el cómodo short color beige que tanto quiero. No me durará más allá de las 6 PM, pero al menos es entretenido sentir aire en mis piernas peludas. Sí, es gracioso.
Ya. No escribo más tonteras y me voy a transcribir entrevistas varias. Las de Leo Prieto y Roberto Arancibia me esperan. Welcome to my life.

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