Los últimos días la costa chilena ha sufrido un fenómeno llamado marejadas. Grandes olas azotan los bordes del país, llevandose aquellas pisadas de fin de semana y el aire tranquilo del metro sobre el nivel del mar. Sin embargo, pienso que es el único momento en que se limpia todo. Aquel tiempo en que lo bueno es opulento y lo malo más que pobre... ¿Necesitamos constantes marejadillas?
Thursday, January 05, 2006
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