La periodista Inés Llambias Wolff, es en sí una empresa. Ella utiliza su nombre como fuente de reconocimiento ante la sociedad-cliente, porque se asocia inmediatamente al éxito que tuvo durante su periodo como reportera.
Se dedica a sus dos fuentes de empleo y creación de otros empleos: Llambias Comunicaciones y a Media-Training Consultores, empresas que según ella explica y cuenta, son clasificables dentro del grupo de Empresas Post-Fordianas, porque maneja con detalle el concepto de venta personalizada (en lo que ella denomina Servicio de Boutique) y el trabajo para personas individualizados, no en masa como otras empresas de consultoría comunicacional.
Para conformar sus equipos de trabajo, Inés Llambias creó un sistema de apoyo-dependencia, estableciendo un staff de profesionales y asesores estables, pero participativos entre ellos que se sustenten en la idea de colaboración más que de órdenes procedentes de un jefe único. Esta idea le permitió al mismo tiempo, partir con menores recursos debido a que, por ejemplo, el camarógrafo y la fotógrafa contaban con sus propios implementos. No obstante, a medida que el negocio prosperó, no escatimó en invertir en tecnología. Al mismo tiempo, esto genera un estilo de trabajo en sincronía e interdependiente, con lógicas delegación de tareas y metas y trabajos en equipo, de sobremanera cuando trabaja en la creación e implementación de eventos a empresas que los contratan para dicho fin.
La empresa que Inés dirige, tiene al mismo tiempo relaciones de trabajo propias de un sistema post-fordiano. Posterior a un análisis de mercado y de empresas similares, determinó que las relaciones debían ser descentralizadas, al mismo tiempo que se trabajara con flexibilidad; lo que no significaría liviandad.
En como se inició Inés en el área de la empresa, destaca la importancia de las redes de contactos con que ella contaba, lo que, según confesó, “no es lo primordial”, sino el grado de personalización y dedicación que se brinde a cada cliente, para asi lograr diferenciación; lo que conlleva a una mayor demanda por el producto exclusivo que se oferta. A todo lo anterior, Inés no deja de mencionar un factor que, aunque metodológicamente confuso, no significa para ella que esté ausente: el factor suerte.
Se dedica a sus dos fuentes de empleo y creación de otros empleos: Llambias Comunicaciones y a Media-Training Consultores, empresas que según ella explica y cuenta, son clasificables dentro del grupo de Empresas Post-Fordianas, porque maneja con detalle el concepto de venta personalizada (en lo que ella denomina Servicio de Boutique) y el trabajo para personas individualizados, no en masa como otras empresas de consultoría comunicacional.
Para conformar sus equipos de trabajo, Inés Llambias creó un sistema de apoyo-dependencia, estableciendo un staff de profesionales y asesores estables, pero participativos entre ellos que se sustenten en la idea de colaboración más que de órdenes procedentes de un jefe único. Esta idea le permitió al mismo tiempo, partir con menores recursos debido a que, por ejemplo, el camarógrafo y la fotógrafa contaban con sus propios implementos. No obstante, a medida que el negocio prosperó, no escatimó en invertir en tecnología. Al mismo tiempo, esto genera un estilo de trabajo en sincronía e interdependiente, con lógicas delegación de tareas y metas y trabajos en equipo, de sobremanera cuando trabaja en la creación e implementación de eventos a empresas que los contratan para dicho fin.
La empresa que Inés dirige, tiene al mismo tiempo relaciones de trabajo propias de un sistema post-fordiano. Posterior a un análisis de mercado y de empresas similares, determinó que las relaciones debían ser descentralizadas, al mismo tiempo que se trabajara con flexibilidad; lo que no significaría liviandad.
En como se inició Inés en el área de la empresa, destaca la importancia de las redes de contactos con que ella contaba, lo que, según confesó, “no es lo primordial”, sino el grado de personalización y dedicación que se brinde a cada cliente, para asi lograr diferenciación; lo que conlleva a una mayor demanda por el producto exclusivo que se oferta. A todo lo anterior, Inés no deja de mencionar un factor que, aunque metodológicamente confuso, no significa para ella que esté ausente: el factor suerte.
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